Françoise Dubosquet, mantenedora del acto.
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En su trigésimo quinto aniversario, la Orden Literaria Francisco de Quevedo volvió a rendir homenaje a la poesía y a Quevedo. Como cada año el certamen daba comienzo con el depósito de la corona de flores junto al busto de Quevedo y el obsequio de un ramo de flores por parte del Gran Maestre y sendos caballeros de la Orden a las musas de Don Francisco, encarnadas en las Damas de la Feria y Fiestas.
Juan José Guardia, Gran Maestre de la Orden Literaria. |
Este año han concurrido 408 trabajos procedentes de una gran variedad de lugares de la geografía nacional, Europa y América. Siguiendo el ceremonial tradicional de este certamen, en el que el miembro de la Orden, Clemente Plaza, actuaba como maestro de ceremonias, uno por uno, los ganadores de cada categoría subieron al escenario para jurar o prometer su cargo, recitar las obras galardonadas y recibir sus premios.
Los tres premiados de esta edición del certamen. |
El siguiente premiado en subir fue Oscar Martín Centeno, natural de Alcobendas (Madrid), que ha sido galardonado con el premio Tema Libre, dedicado al poeta infanteño fundador de la Orden, Rafael Simarro, con investidura de Comendador, entrega de pergamino y 600 euros por el poema titulado “El recuerdo de todo lo que arde”.
A continuación se recibió al ganador del premio “Don Francisco de Quevedo”, dotado con 900 euros e investidura con el grado de Gran Comendador. Este año el premio ha recaído en el poema “Hijos del polvo (Tríptico Quevediano”, del poeta Miguel Sánchez Robles, natural de Caravaca de la Cruz (Murcia).
Por último, respetando el ceremonial tradicional de este acto, los caballeros de la Orden Literaria, acompañados de las Damas, abandonaron el convento de Santo Domingo para llevar la corona de flores al busto de Don Francisco de Quevedo que se encuentra en la cercana Plaza de San Juan.
Fuente: Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes
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