Una antigua tradición hasta ahora abandonada que los vecinos han querido recuperar este año, después de trabajar durante casi toda la noche del sábado colocando las delicadas alfombras a lo largo y ancho de la Calle Santo Tomás, así como la Calle Cervantes y la Calle Gral. Pérez Ballesteros, además de las alfombras colocadas a través de la Plaza Mayor, en el camino de la Calle Cervantes a la Parroquia de San Andrés, mientras que ramos de tomillo adornaban la Plaza de San Juan.
El calor y un cielo despejado propiciaron un ambiente inmejorable para la procesión, que pudo desfilar sin problemas por las calles de Infantes, que vestidas de gala se lucieron más que nunca en los últimos años.
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