La Noche de San Juan en Infantes: La leyenda de la Mora - InfoSalchi | Noticias de Villanueva de los Infantes

23/6/15

La Noche de San Juan en Infantes: La leyenda de la Mora

Esta noche es la conocida como Noche de San Juan, que da pie a numerosas tradiciones y costumbres a lo largo y ancho de la geografía española. Aquí en Infantes se suele decir que esta noche, en el paraje conocido como "La Mora", uno de los más antiguos lugares de la comarca; se aparecía "la encantá", así que hoy toca sumergirnos en el mundo del misterio y la fantasía con esta leyenda, que ha perdurado durante años y años en la cultura popular de nuestro pueblo.


Cuenta esta leyenda que, cuando la comarca era de moros, un poderoso musulmán llamado Yusuf poseía en estos parajes una alquería con fértiles huertos y jardines. El agua con la que regaba tenía una dulzura admirable y manaba de una cueva que se creía maldita, porque a ningún animal que había entrado se le había visto salir. Muy cerca de la boca, el musulmán mandó a sus esclavos cristianos embalsar el agua para que, mediante una cañería, esta llegase al patio de su palacio.

Allí, en su mitad, levantó una hermosa fuente de mármol decorada con un nombre que se repetía hasta setecientas veces. Era el de su favorita, una hermosa mora que, según los augures, había nacido para ser reina. Pero la desventura se cuajó cuando, años después, el musulmán se encaprichó celosamente de otra mujer, despreciando tanto a la mora que mandó borrar su nombre y poner en la fuente el de la nueva dama, y envió a la mora con un sobrino suyo al Norte.

Una fría mañana de invierno, cuando al escultor ya le quedaban pocos días para terminar de reformar la fuente, la nueva favorita apareció ahogada en ella, por lo que Yusuf inició una dura pesquisa con el único objetivo de hallar al cruel criminal. También llamó a su sobrino para que trajese a la mora, y así poder retomar con ella los amores perdidos.

Sin embargo, el trato jamás volvió a ser el de antes. Yusuf no se sentía correspondido por la mora, y comenzó a sospechar de ella. Una medianoche de principios de verano, no la encontró en ninguno de sus aposentos. Mandó a todo su servicio a buscarla, y finalmente él mismo la encontró junto a la charca, abrazada junto a un esclavo cristiano, que le peinaba sus largos cabellos.

La ira del musulmán se desató en el cristiano, creyendo ver en él al asesino de su antigua dama, y le asestó tres puñaladas mortales. Después, se dirigió hacia su amada, con los mismos fines, pero ella huyó adentrándose en la cueva, aun sabiendo que estaba maldita.

Tras el fatal desenlace, el musulmán ordenó vigilar la boca de la cueva día y noche, así como destruir la fuente, esparciendo sus pedazos por todos los campos.

Pero, para su desgracia, el agua que manaba de la cueva enfermó y comenzó a pudrir la huerta y los frutales. El musulmán murió en la miseria, viendo su antigua alquería convertida en ruina.

Desde entonces, todas las noches de San Juan, resurge la charca, y la mora sale de su cueva para peinarse los cabellos. Se dice que todo el que se acerque esta noche tendrá la desventura de ser encantado por ella, al clavarle su peine en la espalda.

"El Trono", conocido erróneamente como la "Cueva de la Mora"
Unos dicen que los convierten en grandes piedras amorfas, otros aseguran que lo que hace la mora es arrastrarlos a su cueva para que vivan eternamente en un país subterráneo donde ella es reina; pero en lo que todo el mundo coincide es en que quien no entre pronunciando el nombre de la reina mora no podrá salir jamás de la cueva.

Supuestamente el lugar relatado en la leyenda es el paraje de La Mora en Villanueva de los Infantes, situado en el camino de la Ermita de Jesús en Pie. Por eso, se suele decir que "El Trono", el pequeño ermitorio excavado en la piedra es la cueva donde se aparecía la mora, pero realmente esta se situó en un manantial en el paraje, que fue usado hasta el siglo XIX. Actualmente tanto la cueva como el manantial están cegados.
Pero aún así "El Trono" es todo un mito ancestral asociado a leyendas de aparecidas en la noche de San Juan. De hecho, un artículo publicado en Balcón de Infantes en 2013 recoge el testimonio de la experiencia de dos jóvenes la noche de San Juan de 1969, que relata "cuando súbitamente sobre la cueva (no dentro de ella, sino sobre ella) en lo
alto del cerro apareció en un momento perfectamente delineada y formada una gran silueta de forma
humana, asexuada y esquemática, pero formaba un “cerco” o “cinta” de luz muy resplandeciente y
Dibujo que acompañaba al artículo
brillante, cortorneando daba su forma a esta silueta; este ”cerco” era grueso, de color extraño e indefinido, muy visible, reluciente, fluorescente y centelleante, parecía algo vivo. Emitía luz y fulgor.
Estaba quieto. La silueta era de gran altura, mediría dos metros y medio (quizá más), gran cabeza
alargada, brazos y manos y dedos visibles uno por uno; los brazos se presentaban algo retirados del
cuerpo. La parte inferior del cuerpo la miré con menos detalle. Esta silueta en su interior no apreciaba materia, ni definición alguna de rasgos en la cabeza y otro sitio. Era sólo una imagen formada por una extraña y gran luz radiante, muy grande e imponente. Se veía muy bien, por su destello y brillo, a pesar de ser de noche observamos el fenómeno mi amigo y yo atónitos, un tiempo. Simultáneamente, sin mediar palabra y presos de un pánico incontenible, corrimos veloces y desesperados, campo a través, despavoridos, huyendo de aquel lugar y sin mirar atrás. Largo tiempo después nos duró la angustia y el desasosiego".

Y en este punto es cuando es difícil encontrar la frontera entre la fantasía y la realidad, así que juzguen ustedes, y les animamos a comentar su opinión acerca de esta vieja leyenda que da nombre a ese antiguo paraje conocido como "La Mora".

Fuentes:

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