Este año, los premios han recaído en:
PREMIO "DON FRANCISCO DE QUEVEDO"
Daniel Cotta Lobato, Mors-Amor
PREMIO TEMA LIBRE (Dedicado al poeta Rafael simarro)
José Miguel Molero Cid, El Veneno del Rufián
PREMIO " EL BUSCÓN" (para menores de 30 años)
Lola Borges Blázquez, Metrópolis
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PREMIO "DON FRANCISCO DE QUEVEDO"
AUTOR: DANIEL COTTA LOBATO
MORS-AMOR
Yo soy aquella que cantaste tanto,
aquella que invocaste tantos días
en una combustión de burla y llanto.
Yo soy aquella flor que nunca olías,
aquellos ojos que anhelaron verte,
aquella luz que amabas y temías.
Yo soy aquel sufrir que te hizo fuerte,
yo soy aquel querer que te hizo triste,
que nunca te rehuyó. Yo soy la muerte.
Siempre fueron mis pies donde tú fuiste,
siempre hablaron mis labios cuando hablaste
y siempre florecí donde caíste.
Cargada de los tús que sepultaste
bajo el verdugo fiel de cada hora,
fui hombro portador de tu desgaste.
Liviano fardo ayer, pesado ahora,
nunca dejé de confiscarte un paso,
y el cuerpo que vestías a la aurora
era el que yo cargaba en el ocaso.
Me has visto camuflada en la victoria,
me has visto anticipada en el fracaso.
¿Qué trozos hay perdidos de tu historia
que hayan quedado por azar ilesos
a mi ansia predadora de memoria?
Te he ido esculpiendo con pacientes besos,
le he quitado a tu cuerpo lo sobrante
en la búsqueda hambrienta de tus huesos.
Te he desbastado instante por instante
hasta dejarte en tu primer estado:
nada hacia atrás y nada hacia adelante.
Las lágrimas de tinta que has llorado,
las sátiras proscritas que has reído,
el llanto y el placer, todo es pasado.
Te he amado tanto, tanto te he vivido
que, alimentada de tu ser, soy dueña
de todo cuanto legas al olvido.
Debajo de tu piel pondré mi enseña,
y será mía hasta la amante llama
que halló en tu corazón perpetua leña,
la leña incombustible que aún te inflama
y cruzará contigo la frontera
del reino del olvido y de la fama.
Seguirá consumiéndote esa hoguera,
seguirá ardiendo de pasión tu acento,
tu cicatriz será imperecedera.
Yo avivaré tus brasas con mi aliento,
yo atizaré con el dolor tu canto
para que nunca los consuma el viento;
pues soy aquella que cantaste tanto,
aquella que invocaste tantas veces
en pura combustión de burla y llanto.
Yo soy la flor donde por siempre creces,
yo soy los ojos que adoraste ciego,
yo soy la luz que nutres y enriqueces.
Yo soy aquel sufrir que fue tu juego,
yo soy aquel querer que fue tu herida,
yo soy la leña eterna de tu fuego,
yo soy tu palpitar. Yo soy la vida.
PREMIO TEMA LIBRE (Dedicado al poeta Rafael simarro)
AUTOR: JOSÉ MIGUEL MOLERO CID
EL VENENO DEL RUFIÁN
A la muerte de Federico García Lorca
Maldigo el espeso cielo de Granada con nombre 18 de agosto del 36. Barrunta muerte.
¡Ay! Ahí suenan por la calle arriba
que ya vienen madre los perros ladrando
que se acercan las fieras.
Y cuando no vienen solas, siempre llegan bravías.
Qué tendría ese cielo madre, que bruno azabache sería,
que cuando ladraban los traidores, la muerte se me venía,
que cuando sonaban las botas yo veía balas.
Que cuando sonó el trueno del los pérfidos, madre, se desgajó la poesía.
Dicen que un maestro y dos banderilleros al cadalso fueron con él.
Dicen, madre, que como a Cristo eran sus ladrones de compaña.
Dicen que aquella noche no era Grana y Oro. Era, como la guadaña, negra.
Dicen que fue eclipse de sangre y de vaciar la vida con el cielo duro como la tierra
en que sus pies yacían.
Hay un néctar sublime que se llama La Verdad.
La venganza de envidia busca la muerte. El veneno del rufián.
La palabra impoluta de mirada limpia como el jaspe.
También hay palabras densas que dibujan la rabia y la cobardía.
El espanto.
A través de los turbios cristales de la historia veo ya la mortaja de la victoria de los rebeldes.
Homenajeo al poeta fusilado en el barranco y le veo buscando su luna, rota.
Canto y respiro mientras canto
y respiro el hedor de los que aún yacen escondidos.
Insultan a la sórdida parca.
Claman victoria…
… y siguen muriendo todas las noches, de paseo.
Son los vagabundos de la fosa.
El bebedizo de la arpía se viste de plomo y memoria celada.
Hoy sólo son carne de cuneta.
Quiero cerrar la memoria para desterrar de la boca la pez de la bota en la que ellos
no volverán a beber.
PREMIO " EL BUSCÓN" (para menores de 30 años)
AUTORA: LOLA BORGES BLÁZQUEZ
No es el infierno, es la calle.
Nos es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados
y distancias inasibles
en la patita de ese gato
quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
Oxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
por los números de la oficina.
¿Qué voy a hacer, ordenar los paisajes?
Federico García Lorca. Poeta en Nueva York.
METRÓPOLIS
Niños maltrechos rondan las escuelas del no-saber.
Hay también un no-lugar donde los locos se desatan
y vuelan
como demonios extraviados.
Dialogaban unas calles con otras.
Soñaban, anárquicas, con derrumbarse.
Tan limpias, y aún así,
reclamaban lluvia.
Caía gente de los edificios,
morían
transeúntes en las aceras,
en los semáforos,
en los cruces
de intenciones.
Pasen y vean
nuestros parques de desechos,
nuestros vertederos de colores amargos,
nuestras plazas sin nombre,
nuestras fuentes ahogadas
en mares de quimeras reencarnadas
en monedas sin manos.
Duerme (si te atreves)
en los bancos
de esta ciudad salvaje
y despierta encadenado
a un préstamo perpetuo
a una condena vitalicia
al desierto de los desahuciados.
Somos nómadas sedentarizados en cines
y otros dispositivos
que simulan aire libre.
Somos angustias vestidas de Prada,
desnudas.
Somos prisas impuntuales.
Gobernados por un reloj de sol
que alarga los días,
para que la luz
haga horas extra en las fábricas.
Felices,
con una hora más de sueño,
con una hora más de bar,
con una hora menos
de conciencia
colectiva.
Sola se queda la urbe
cuando sus habitantes
desamparan las calles.
Impera entonces el miedo sin rejas
de la noche que cae y se cierne
sobre los enamorados sin casa:
perros lobo sin luna.
Mantas de estrellas
barridas al alba.
Y así vuelve a comenzar
el día,
la escuela,
la vida
urbana.
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