2015: Un año para reivindicar quijotes y sanchos - InfoSalchi | Noticias de Villanueva de los Infantes

19/1/15

2015: Un año para reivindicar quijotes y sanchos

En Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) el precioso patio de una casa particular, accesible a turistas y curiosos a cualquier hora por una cristalera si no está el dueño de la vivienda, hace que vuele la imaginación para visualizar, entre las frondosas plantas o junto al pozo de piedra, a don Diego de Miranda. Ahí se alza, envuelto en su “gabán de paño fino verde, jironado de terciopelo leonado, con una montera del mismo terciopelo” recibiendo junto a su hijo don Lorenzo y a su mujer doña Cristina a aquel al que “le he visto hacer cosas del mayor loco del mundo y decir razones tan discretas, que borran y deshacen sus hechos”.

“Halló don Quijote ser la casa de don Diego de Miranda ancha como de aldea; las armas, empero, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle; la bodega, el patio; la cueva, en el portal, y muchas tinajas a la redonda, que, por ser del Toboso, le renovaron las memorias de su encanta y transformada Dulcinea…”. Así comienza a hablar don Quijote del caballero del Verde Gabán, uno de los personajes más crípticos y llamativos, en el capítulo XVIII de la segunda parte de la novela de Miguel de Cervantes que ya está de cumpleaños. Este 2015 se celebran los 400 años de la publicación de esta parte de la novela más universal de las letras españolas y La Mancha, España y el mundo, de espíritu cervantino todos, no van a ahorrar en alharacas y fastos.

Pero sigamos en Infantes, como llamamos los manchegos a esa tierra y que, para muchos, es ese lugar del que Miguel de Cervantes no quiso acordarse, con permiso de Argamasilla de Alba. Aunque ya dejaba claro el alcalaíno al final de esta segunda parte que desde 1615, el año en el que fue impresa por el mismo editor y la misma imprenta que la primera parte, estaríamos dándole vueltas al misterio. “Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia de Homero”. Y en esas seguimos, Cervantes, más locos que cuerdos, como el mismísimo caballero del Verde Gabán describió al hidalgo, cuatro siglos después.

Para celebrar el centenario (a la que en 2016 le seguirá el los 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes) se ha creado una comisión, constituida gracias a un acuerdo de los gobiernos central y castellano manchego, la Federación de Municipios y Provincias y la Fundación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha.

Por lo pronto, poco se conoce hoy de las actividades que se llevarán a cabo (se presentarán a mitad de mes) pero lo que sí se sabe es que puesto que la conmemoración se considera un acontecimiento de excepcional interés público, tendrá los máximos beneficios fiscales previstos por la Ley de Mecenazgo. Y, por eso, el dinero para los actos saldrá de los presupuestos de la Fundaciín Cultura y Deporte pero también de las donaciones y colaboraciones con instituciones privadas.

El Museo de Santa Cruz de Toledo acogerá en primavera una exposición sobre la moda del Siglo de Oro, coordinada por Rafael García Serrano, exdirector del centro y del Museo del Traje. La Biblioteca Nacional de España también albergará del 5 de febrero al 3 de marzo la muestra Coleccionismo cervantino en la BNE: del doctor Thebussem al fondo Sedó, en la que se podrá ver la abundante colección de obras y materia iconográfico sobre Cervantes y el Quijote que atesora la biblioteca, y desde el 21 de abril hasta mediados de junio se podrá ver la muestra El Quijote de Avellaneda, donde se exhibirá la primera edición de la novela.

También el los museos cervantinos de La Roda (Albacete), Valladolid y Alcalá de Henares o el Franz Mayer de México preparan exposiciones dedicadas a la obra de Cervantes. Y el director artístico del Teatro Español de Madrid, Juan Carlos Pérez de la Fuente, quiere montar este año una versión de la segunda parte El Quijote escrita por Fernando Arrabal.

La Real Academia Española también ha anunciado que en el mes de marzo celebrará un Pleno Extraordinario en Argamasilla de Alba (Ciudad Real), localidad donde se encuentra la casa de Medrano, en cuya cueva estuvo preso Cervantes y se dice que escribió El Quijote, y que será la segunda vez que la institución salga de su sede madrileña para celebrar una sesión tras la de 2012 con motivo de la conmemoración de las Cortes de Cádiz.

Que trata de...
Clavileño, el gobierno de Sancho en Barataria, las bodas de Camacho, Ricote, el triste encantamiento de Dulcinea o la cueva de Montesinos “de quien tantas y tan admirables cosas en aquellos contornos se contaban, sabiendo e inquiriendo asimismo el nacimiento y verdaderos manantiales de las siete lagunas llamadas comúnmente de Ruidera”...

400 años de andanzas resumidos en los 74 capítulos que tejen la segunda parte del ya ingenioso caballero –a diferencia de la denominación de hidalgo de la primera- y que nos presentan a un don Quijote de la Mancha ya triste y desengañado –ay, Dulcinea-, reconocido pero derrotado, cuya sanchificación se va acentuando al igual que la quijotización de Sancho, al aventurero que deja La Mancha para pasar por Zaragoza y terminar en Barcelona, ese lugar con su mar “espaciosísimo y largo, harto más que las lagunas de Ruidera que en la Mancha habían visto”, y donde sufrirá la derrota a manos del caballero de la Blanca Luna.  Y un desfacer el camino redentor para que Alonso Quijano el bueno termine sus días como el hidalgo fuerte “que acreditó su ventura/ morir cuerdo y vivir loco”.

Todo esto para intentar, cuatro siglos después, despertar de unos tiempos hoy muy faltos de la hidalguía y la bravura quijotesca. Tú que no has visto cómo los gigantes han fagocitado a los molinos, que has tenido un aeropuerto sin aviones, un museo largo tiempo cerrado o una ruta cuasi olvidada. Muy quijote todo...

Artículo publicado por Prado Campos en El Confidencial

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