Villanueva de los Infantes, un nombre políticamente incorrecto - InfoSalchi | Noticias de Villanueva de los Infantes

3/12/13

Villanueva de los Infantes, un nombre políticamente incorrecto

Hace 592 años Villanueva de los Infantes era una población joven. Las primeras tentativas de repoblar su emplazamiento datan de los años treinta del siglo XIII, con resultados tan escasos como desconocidos. Esta aldea, sin embargo, experimentó un notable crecimiento a partir de, aproximadamente, 1360 gracias a la proximidad de Fuenllana, a las nuevas políticas repobladoras y a la reordenación del poblamiento en la encomienda de Peñaflor.
 Este crecimiento le hizo poseer de un fuerte concejo aldeano, capaz de promover la construcción de una fortaleza y de protestar contra las facenderas en el castillo de Montiel. Es muy probable que la fuerza de este concejo fuese lo que tuvo que convencer a Don Enrique para otorgar el privilegio. Don Enrique, a pesar de que merezca una estatua ecuestre en Villanueva de los Infantes, como la tiene Juan II en Ciudad Real, no fue un desinteresado benefactor, ni con Infantes, ni con nadie. Eloy Benito Ruano le describe como una persona cínica, egoísta, ambiciosa, rebelde, alborotadora, irritable y pendenciera. Los nobles le conocían como un “vindicativo, osado y esforzado caballero”, un hombre que no temía lo escandalosos que pudieran ser los procedimientos con los que alcanzaba sus fines, los cuales siempre fueron el poder y la riqueza personal.



Cuando fundó Villanueva de los Infantes era un jovenzuelo de veintidós años que acababa de ver cómo su primo y su hermano mayor habían adquirido las coronas más poderosas de la península: Castilla y Aragón, respectivamente. Él había conseguido el maestrazgo de la Orden de Santiago, algo que, en comparación, le parecía muy poco. Por ello tuvo la osadía de consumar un golpe de Estado, en 1420, contra su primo Juan II. Este golpe de Estado, lejos de favorecerle, le dio un descrédito que alcanzó incluso a su camarilla cortesana. Viéndose solo, Don Enrique intentó corregir el fiel de la balanza reforzando su bando con los pobladores del Campo de Montiel. En ese intento estarían el privilegio a La Moraleja, la inmediata permuta del topónimo por Villanueva del Infante, y que en el invierno de 1421-22 el infante saliese de la corte para residir en esta villa, donde continuó su política de dádivas otorgando privilegios a las poblaciones cercanas: Fuenllana, Belmontejo, Alhambra... Villanueva del Infante, el nuevo nombre que había dado el infante a la Moraleja, se convirtió en un topónimo políticamente incorrecto una vez que el infante y todo su bando fueron derrotados en 1445. De hecho, con la llegada del reinado de Enrique IV, éste intentó recuperar el antiguo topónimo de La Moraleja. Pero hay indicios de que esta medida tuvo muy poco éxito.
Terminada la Guerra de Sucesión Castellana y unidos los lazos entre los Trastámara de Castilla y los de Aragón, en 1480, el maestre Alonso de Cárdenas medió en la controversia y la denominó definitivamente Villanueva de los Infantes, penalizando con dos mil maravedíes a quien la llamase de otra manera. Y así nació con independencia, con ayuntamiento, La Moraleja, Villanueva del Infante, Villanueva de los Infantes, Villanueva, Infantes... Cinco maneras de llamar a la misma población en este transcurso de casi seiscientos años de vida. Muchos nombres para tan corta existencia.

Rescatado del Boletín Informativo Municipal "Informando"
Carlos Javier Rubio, Marzo de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario