La historia de la tradición de las Cruces de Mayo

Cuenta la leyenda que, en el año 326 aC., Santa Elena, madre del emperador romano Constantino, viajó a Jerusalén con la intención de encontrar la cruz en la que Jesucristo murió.
Pero en el monte Gólgota, el lugar donde se ubicó la cruz, se había edificado un templo en honor a la diosa Venus. Santa Elena consiguió que ese templo se derrumbara y que se excavara hasta encontrar la cruz.
El 3 de mayo, al llegar a un punto en el interior de la montaña, se hallaron tres cruces. Para comprobar cuál era la que había sostenido el cuerpo de Cristo, se colocó en cada cruz a un anciano que había fallecido poco antes, y al llegar a la "cruz verdadera", el anciano resucitó, como prueba irrefutable de que esa fue la llamada Vera-Cruz.

Como acto de adoración, Santa Elena se quitó todas las joyas que llevaba y se las puso a la cruz, escena que vemos representada en el Cartel de las Cruces y Mayos 2009.
Y es de aquí de donde procede la tradición de adornar las cruces la noche del 2 al 3 de mayo.